La Teoría del Ensamblaje presentada por Manuel DeLanda en A New Philosophy of Society (2006) desarrolla una teoría social que no se limita a describir conjuntos humanos, sino que establece un escenario en el que todos los cuerpos son el resultado de un enjambre de componentes más pequeños que no se funden en un todo homogéneo. De acuerdo con esto, pensaremos que los ensamblajes conllevan emergencias y flujos de energía múltiples donde los cuerpos se hibridan e infectan con otros cuerpos y que catalizan de múltiples maneras relacionales. Estos planteamientos nos posicionan en una relación social con otros cuerpos no humanos, que en la actualidad se ha traducido como una aceleración de ciertos procesos que han desplazado el campo de actuación de las imágenes técnicas a una completa instalación sobre los cuerpos y las interacciones con la forma humana: una tecnomorfosis. Es evidente que con este planteamiento metodológico proponemos un modo cualitativo y materialista de pensar el retorno del cuerpo (Deleuze y Braidotti), y actuar en la situación de crisis que hoy acontece.
Las crisis surgidas durante la pandemia COVID-19 nos invitan, en primer lugar, a posicionarnos de forma crítica para entender los flujos y cambios epistémicos, ontológicos, cognitivos y afectivos que son adyacentes a las (post)humanidades. En segundo lugar, a hablar de la posibilidad de acción crítica y tomar una dirección en este trabajo, a repensar nuevos espacios para la producción de arte proyectado por, a través y desde los cuerpos basados en la no centralidad. El cuerpo al que nos referimos es incierto, azaroso, desconocido, potencialmente patógeno y virulento. Los cuerpos se desplazan así en su función técnica a un grado de extrañeza sin precedentes. Entendemos, a medida que pasan los meses, que la formulación más explícita del cuerpo social es una tendencia hacia la completa automatización, comportamientos monitorizados, mutaciones bruscas y cuerpos instrumentados.
De esta manera, debemos atender a cuerpos que se desarrollan en cuanto materiales expandidos y repletos de modulaciones. «Estos se encontrarían en fricción y constante rearticulación como políticas de representación, y en su apertura liminal generarían nuevas coordenadas para la visualización y la experiencia.»[1] De este modo, no podemos hablar exclusivamente de aparatos destinados a la optimización de algún proceso, sino más bien de engranajes complejos que responden a una arquitectura instalada basada en externalización superficial y a una revolución de ciertos flujos relacionales y producciones de sentido.
Proponemos así la idea de una tecnomorfosis derivada de una fenomenología del ensamblaje corporal, como método para centrar la atención del campo de estudio en los modos de actuar de diferentes realidades (sociales, políticas, culturales) que tienden a transformarse como cuerpos-dispositivos: se acoplan, agencian, se conectan, ajustan e impactan unas con otras para generar funcionalidades diversas. Las multiplicidades ensambladas planteadas son por ello cuerpos considerables que ponen en relación muchos campos vectoriales, cuerpos, energías, roles de información y atractores diversos. En este contexto nos hemos aventurado a proponer el dispositivo del ensamblaje como método para entender, o intentar de algún modo, invocar a los cuerpos actuales y sus afectos. Esta disposición ontológica con otros cuerpos no humanos anula la separación entre el cuerpo biológico y el cuerpo maquínico pero defiende ciertas proyecciones culturales para sustituir(nos) por un formato corporal complejo e híbrido. La noción de corporalidades que mutan a través de ensamblajes sucesivos pone en énfasis la flexibilidad del cuerpo ante los acontecimientos, no por ello sin oponer resistencias. Esto implica que la clave para entender las modulaciones corporales que estudiamos sean nuevas relaciones afectivas con los aparatos que nos transforman. Sin embargo, debemos destacar que el factor determinante de infección que opera (en varios sentidos) entre estos cuerpos solo es posible si se ha generado previamente una nueva disposición, nuevos contactos, una nueva relación técnica. Presumiremos así que la virulencia y potencialidad de esta aceleración de procesos, así como las lógicas, discursos y prácticas que los sostienen y ensamblan los cuerpos, entren en crisis. De hecho, la relación (o fusión) ensamblada tiene que ver con una interacción que altera los entornos de relación social; alteración que se vuelve aún más significativa, desde el punto de vista cultural, cuando las máquinas no ejecutan solo una operación física sino que ahora estarían íntimamente relacionadas con la subjetividad.
Entre las principales modulaciones destacamos la idea de prótesis (aquella acción acoplada por otros cuerpos instalados) y el flujo virtual (la capacidad del cuerpo físico de convertirse en código digital que se da sincrónicamente en su existencia). Con esta fenomenología de desbordes y accidentes, no proponemos un eje lineal de tiempo que discurre a la par que la individuación, sino que se da una confluencia de las distintas sincronías o individuaciones particulares en un proceso extendido entre cuerpos diversos. Estos fenómenos son contingentes y dependen de los accidentes que ocurren en las cartografías específicas de los diferentes cuerpos implicados.
Esta forma de conceptualizar las modulaciones que ocurren sobre los cuerpos plantea una alternativa para pensar los cuerpos-artefactos como una interfaz plástica que vertebra las estructuras y dinámicas de producción y funcionalidad de dispositivos y tecnologías digitales. Planteamos así lenguajes, imágenes, conceptos y prácticas que intervienen en la construcción del discurso tecnocientífico y en la elaboración de fusiones y transformaciones entre ficciones científicas y realidades sociales. En este contexto, los cuerpos emergentes a los que nos referimos no son exclusivamente físicos o únicamente vivientes; el acoplamiento híbrido se constituye en base a diferentes modulaciones en distintas dimensiones de existencia o fases del devenir molecular. En este sentido, un plan corporal define un espacio de posibilidades y génesis diversas, generando sincronías y desfases que se extienden cartográficamente, confluyendo en una estructura topológica. Realmente la topología es un marco teórico y productivo que nos permite pensar las nuevas formas de organización del mundo contemporáneo. La potencialidad de esta figuración topológica ensamblada nos permite afrontar diferentes problemáticas de ordenación y programación de la materia, una materia que asumimos como multidimensional, no-lineal, y que se proyecta en múltiples direcciones y posibilidades. [Texto: Álvaro Navarro]
Notas
[1] Radrigán Brante, Valeria, Tecnomorfosis: desbordamientos e hibridaciones entre el cuerpo y la tecnología. Cyborgización y virtualización como claves de la transformación corporal contemporánea. Tesis Doctoral, 2015, p. 150.
Mordiscos y somatopatologías: entre morfologías y disidencias vampíricas.
Mordiscos y somatopatologías: entre morfologías y disidencias vampíricas por Álvaro Navarro y Juan Ginés.
«Videoensayo que explora las transformaciones que se estimulan con las heridas afectivas y los mordiscos sexuales como condiciones metafóricas que nos permiten explorar la viralidad corporal desde una teoría de la prótesis y la fluidez. En particular, conectamos cuestiones como la penetración corporal, la sexualidad disidente y la mortalidad como ansiedades en torno a la integridad del cuerpo y la identidad decepcionante de la humanidad altamente normativa. Al hacerlo, demostramos que nuestra comprensión de la viralidad afectiva siempre está conectada a formas de pensar la emergencia transespecies queer, particularmente en torno al género y la personificación sexuada.
»De acuerdo con el mito fundamentado en la protección ciudadana y el compromiso social que emana de ello, nos encontramos ante una crisis sanitaria y (bio)política que solamente autoriza las formas de ciertos cuerpos y sujetos. Solo son correctos unos cuerpos y posibilidades expresivas para cada sujeto social protegido contra la viralidad. Todos los demás cuerpos son errores. Pero afortunadamente, también podemos hacer que las formas corporales desaten una mutación sin precedentes que descentren la singularidad de las distopías de control, trazando también una alteración profunda y un salto cualitativo de las posthumanidades» (Álvaro Navarro).
01000011 01110101 01100101 01110010 01110000 01101111 01110011
01000011 01110101 01100101 01110010 01110000 01101111 01110011 por Alicia Arévalo
«Videoensayo que explora las tecnologías de género, los cuerpos y la biopolítica desde las perspectivas de Paul B. Preciado y el Xenofeminismo.
»La voz de una IA como navegadora nos dirige a través de estas problemáticas recorriendo diferentes escenarios enmarcados en el ciberespacio. Es una aproximación a la construcción de subjetividad y de producción de cuerpos en la actual sociedad de consumo hiperconectada. Un itinerario por diferentes artistas y espacios virtuales que evidencian el carácter ficcional de nuestras identidades y por tanto, de nuestros géneros. También de la expansión que estos experimentan cuando se insertan en lo cibernético y digital, lo cual nos posibilita pensarnos más allá de lo humano, proyectarnos en un futuro.
»Las redes sociales, la ciencia ficción, los videojuegos, y la virtualidad en general manifiestan posibilidades alternativas sobre el habitar otros mundos posibles. Es un llamamiento a la construcción de futuridades alien y queer a través de las tecnologías» (Alicia Arévalo).