ALIENACIÓN Y LIBERTAD

POR DIANN BAUER

Traducción de Toni Navarro

Presentamos un fragmento del artículo «Alienation, Freedom and the Synthetic How», escrito por Diann Bauer y publicado en 2019 en la revista Angelaki. La traducción del texto íntegro apareció publicada en la antología Nuevos vectores del xenofeminismo, de Laboria Cuboniks (Holobionte Ediciones, 2022).   

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¿Cómo vivir a múltiples escalas? Nuestras infraestructuras, economías y políticas globales funcionan a una escala que va más allá de la experiencia individual, pero aun así debemos experimentar nuestra existencia cotidiana como seres biológicos encarnados. Estamos dotados para el razonamiento abstracto, pero a menudo dejamos esta capacidad de lado a la hora de tomar decisiones políticas. En parte, es gracias a nuestra capacidad de abstracción como hemos podido convertirnos en una fuerza de cambio geológico para el planeta: la industrialización que dio lugar al Antropoceno solo fue posible gracias a la razón abstracta. Pero, al mismo tiempo, esa misma capacidad de abstracción nos permite ser la única especie del planeta que puede desarrollar sistemas capaces de asegurar una menor devastación como resultado de dichos cambios planetarios.


Los seres humanos deben pensar y actuar en relación con lo global, en parte debido a las posibles amenazas que estos cambios planetarios suponen no solo para la especie, sino también para la infraestructura de la que depende gran parte de nuestra modernidad y una gran variedad de formas de vida no humanas. Teniendo en cuenta estas urgencias, ¿cómo repensar los conceptos relacionados con el individuo que durante tanto tiempo habíamos mantenido? ¿Cómo podemos lidiar con la idea de libertad individual mientras tenemos que oscilar entre las condiciones locales y globales? ¿Sigue siendo la libertad un concepto útil cuando su significado depende tanto de un contexto en constante cambio? Si queremos mantener el concepto de libertad, ¿de qué tipo de libertad estamos hablando? ¿Cómo podemos construir una política que pueda operar en esta condición global, reconociendo al mismo tiempo que todavía tenemos que vivir como individuos?

En su libro The Stack, Benjamin Bratton decía lo siguiente:

Deberíamos pensar en los distintos tipos de computación a escala planetaria (por ejemplo, las redes inteligentes, la computación en la nube, el software a escala móvil y urbana, los sistemas de direccionamiento universal, la computación ubicua y la robótica, etc) no como tipos de computación aislados y sin relación entre sí, sino como un todo más amplio y coherente. Forman una megaestructura contingente (…) que no es solo un tipo de sistema informático a escala planetaria, sino también una nueva arquitectura para la división del mundo en espacios soberanos.[i]

La cuestión que se plantea es cómo ganar capacidad de acción en una megaestructura a una escala que se diría muy alejada de la experiencia cotidiana, y cuyo control parece fuera del alcance de cualquier individuo o incluso de cualquier gobierno. ¿Cómo construir un proyecto político cuando las mismas estructuras que históricamente nos habían sostenido ya no parecen adecuadas? Retirarse a la nostalgia de una vida menos complicada no es una opción: la complejidad ya está ocurriendo. Ignorarla y optar por no participar (si uno es lo suficientemente privilegiado como para poder tomar tal elección) no hará que los problemas desaparezcan, no evitará que tu ciudad se subdesarrolle o que tu territorio sea arrasado por la sequía o los incendios forestales. Y tal retirada tampoco comportaría beneficios para la especie en su conjunto (la complejidad que nos condujo al Antropoceno, por ejemplo, también hizo posible la medicina contemporánea). No hay vuelta atrás. Sin embargo, esto no significa que la estrategia de dejar las cosas a su curso para esperar a ver qué pasa sea un camino viable. El laissez-faire nos ha traído hasta aquí. Una multitud de buenas (y malas) ideas individuales, planes y diseños que en sí mismos pueden haber sido adecuados o concebidos para un buen propósito se están convirtiendo, de forma cada vez más acumulativa, en una especie de Frankenstein con mil cabezas. Puede que hayamos construido involuntariamente nuestras condiciones actuales, pero no tenemos por qué estar simplemente sujetos a ellas. La clave es el pensamiento sistémico y poner en práctica nuestra capacidad de pensar simultáneamente a través de múltiples escalas. Debemos seguir desarrollando nuestra aptitud para fusionar la capacidad de razonamiento y previsión con nuestro instinto, sintetizando las temporalidades más lentas, así como el tiempo de previsión y reflexión, con capacidades más rápidas que la razón, es decir, con nuestra capacidad para el juicio rápido, la adaptabilidad y el ensayo y error.

 

Xenofeminismo: Una política por la alienación es un texto escrito en 2015 por el colectivo Laboria Cuboniks. En este se articulaba la condición de globalidad y abstracción como base para la construcción de un futuro. Y asimismo se proponían o se reutilizaban algunos conceptos útiles como medio para pensar y actuar sobre estas condiciones.


Como proyecto político, el xenofeminismo (XF) reconoce la necesidad de operar a una escala más allá de lo local, así como de una política flexible que pueda dar cabida a la adaptación y la revisión. Para el XF, es necesario desvincular el futuro de siglos de injusticia normalizada y de los miserables desequilibrios de poder que existen en torno a la raza, el género y la clase. Su objetivo es generar un efecto corrosivo en todas las disciplinas, geografías y culturas con respecto a estos desequilibrios, al tiempo que aboga por un futuro sintético: un futuro que necesita ser construido deliberadamente. El XF reconoce que podemos reorientar los complejos sistemas en los que vivimos hacia una concepción más amplia de la justicia, gracias a (y no a pesar de) la tecnología, la alienación y la capacidad de abstracción. Como proyecto filosófico, el XF toma conceptos que pertenecen, en parte, a un canon europeo masculino y los reutiliza para sus propios fines. Afirma que la razón es una capacidad que puede ser utilizada para la construcción de un futuro más justo respecto al género, la raza y la clase, y reivindica la alienación como vector de emancipación. 

El XF aprovecha la alienación como impulso para generar nuevos mundos. Todos estamos alienados, pero ¿acaso ha sido alguna vez de otra manera? Es a través de (y no a pesar de) nuestra condición de alienados como podemos liberarnos del lastre de la inmediatez. La libertad no es algo dado, y ciertamente no está dada por nada «natural». La construcción de la libertad no implica menos sino más alienación. La alienación es el trabajo de la construcción de la libertad. Nada debe aceptarse como fijo, permanente o «dado», ni las condiciones materiales ni las formas sociales.[II]

El xenofeminismo entiende el futuro como algo emergente y no tanto como algo que pueda ser totalmente dirigido. Sin embargo, no estamos únicamente a merced de esta emergencia, puesto que se pueden fomentar determinados futuros sobre otros, y el XF nos proporciona algunas herramientas conceptuales para entender por dónde empezar. Una de las más destacadas es la alienación.

ALIENACIÓN

La alienación es un concepto central para el XF, pero también es una re-significación del mismo. Se encuentra en el subtítulo del manifiesto («Una política por la alienación»), pero pronto resulta evidente que la alienación no es algo de lo que debamos ser emancipados (algo como «una política de o hecha desde la alienación»). Como término, en cambio, la alienación implica que esta puede usarse como un medio para construir algo. En tanto que política por la alienación, quiere ser una propuesta acerca de cómo utilizar algo, cómo utilizar una capacidad en lugar de proponer una manera para salir de una condición.


En vez de poner límites a lo que los humanos pueden hacer, el xenofeminismo propone la alienación como un extrañamiento, que es la condición por la que los humanos han sido capaces de hacer cualquier cosa que implicase escalas y abstracción. La abstracción resulta crucial para nuestro contexto actual porque estas son las condiciones en las que opera la política: las condiciones de abstracción tienen efectos profundos en gran parte de la especie, independientemente de nuestro acceso individual a los mecanismos de esa condición.


(…) La afirmación del XF sería que esta alienación es una condición productiva que puede brindar oportunidades para pensar la política en general y el feminismo en particular. Además, para el XF es una idea que no se limita a lo humano. Esta alienación, este conocimiento, es una capacidad que tienen los humanos, pero también la tienen potencialmente otras formas de vida no humanas o la inteligencia artificial. La alienación es una capacidad para formar y ser formado por conceptos.[III] Opera a escala global, es constitutivo de lo que somos como especie, y es todo aquello que podemos hacer como especie, en lugar de un sentimiento de desconexión o pérdida de un individuo particular.


Esto último es importante porque habría riesgos políticos si se pensara en esta capacidad desde un punto de vista estrictamente individual, y sería peligroso utilizarla como característica definitoria del ser humano. Se podría preguntar: ¿y qué pasa con los seres humanos que no tienen capacidad para formar conceptos? Los seres humanos con discapacidades cognitivas, por ejemplo, no son menos humanos. Pero para el XF la alienación y la sapiencia, tan centrales en el proyecto, son la capacidad colectiva de la especie, no de un individuo. Para el XF la alienación tiene que ver con lo que podemos hacer y, de hecho, con lo que somos y cómo funcionamos como especie, no como individuos o incluso como culturas. Pensar en ello a una escala más allá del individuo es un componente esencial para el XF y el trabajo que se desarrolla a partir de él, y, de hecho, para cualquier proyecto político que pueda ser viable en nuestra condición global contemporánea.


(…) El énfasis en la capacidad de manejar conceptos es fundamental, pero excluir lo no humano sería demasiado limitado. Por un lado, si estamos de acuerdo con la idea de que los conceptos son formulados lingüísticamente, limitar el concepto de lenguaje a lo que los humanos pueden comprender sería un error. Y por otro lado, tenemos el ejemplo de los conceptos que no son formulados lingüísticamente. Esta es una cuestión que escapa al alcance de este artículo, pero, en cualquier caso, los seres humanos son en la actualidad la única especie de la que se puede decir, con certeza, que tiene la capacidad de formar y ser formada por conceptos, precisamente por el lenguaje y la capacidad discursiva. Pese a esto, hacer una afirmación tajante sobre la capacidad de ciertos animales no humanos o, especulando, de la IA o las inteligencias no terrestres, sería contrario a los fundamentos del XF.


(…) Como especie, se diría que tenemos una capacidad para el pensamiento complejo y la abstracción que no se encuentra en otros animales. La capacidad de saber que sabemos, o de ser conscientes de nuestro saber, es una forma de alienación y una forma de emancipación. (…) Los humanos tenemos la capacidad de convertir esos estímulos en algo más que una simple sensación. Se trata del resultado de nuestra sapiencia. Se trata de nuestra alienación.

LIBERTAD

¿Cómo pensar en la libertad en el contexto del Antropoceno? ¿Sigue siendo un concepto relevante en este contexto? Y ¿qué entiende por libertad el XF, un proyecto para el que resulta fundamental la política a escala planetaria?

 

En el manifiesto se dice:

El xenofeminismo es algo más que liberarse de las redes patriarcales. Queremos cultivar el ejercicio de la libertad positiva: una libertad-para y no simplemente una libertad-de. [IV]

En esta cita se contrapone lo que entendemos por libertad negativa («libertad-de») y libertad positiva («libertad-para»). A grandes rasgos, la libertad negativa es la libertad de no tener restricciones; mientras que la libertad positiva es la libertad de perseguir el interés propio o colectivo, la libertad de construir un futuro. (…) No se trata de determinar qué libertad es mejor, sino de que la libertad de cualquier tipo se hace, no viene dada. Son condiciones que hay que construir, no son un estado natural. Y por eso la idea de alienación es una condición a priori de la libertad. Porque la libertad, negativa o positiva, es sintética. La libertad se construye: no existe un estado natural de libertad. Se necesita una capacidad de abstracción más allá de las circunstancias inmediatas para poder construir las condiciones de la libertad.

 

(…) Las particularidades del «cómo» se podrán articular a través de muchos campos, pero, independientemente de las particularidades de cada contexto, el propio cómo deberá ser sintético, deberá ser construido. Tiene que ser diseñado pero también sensible, utilizando todas nuestras capacidades como especie. El «cómo» tiene que estar constituido tanto por acciones globales como microlocalizadas, utilizando la razón pero también la disposición a través de las diferentes escalas. Vivir en esta megaestructura significa actuar globalmente; y, como individuos, esto no es algo tan desalentador o insuperable como solíamos creer: se abren espacios pequeños pero globales a través de una miríada de campos, y estos espacios tienen el potencial de cambiar ampliamente las normas y los hábitos culturales, así como las estructuras dentro de la política global. 

notas

[I] Benjamin Bratton, The Stack, Cambridge: MA, MIT Press, 2015.

[II] Laboria Cuboniks, Xenofeminism: A Politics for Alienation: <https://laboriacuboniks.net/manifesto/>

[III] «Somos capaces de hacer cosas con los conceptos en la misma medida que ellos son capaces de hacer cosas con nosotros» (Ray Brassier).

[IV] Laboria Cuboniks, Op. cit.